domingo, 20 de septiembre de 2015

la censura de la ciociara

La Titanus presenta La ciociara a revisión en noviembre de 1960. El 25 de dicho mes la Direzione General dello Spettacolo emite un informe en el que se autoriza para mayores de dieciseís años siempre que se abrevie la escena en que la madre ayuda a Cesira a lavarse en el río y se modifiquen algunos diálogos. El día 3 de diciembre la distribuidora expone ante el citado organismo haber atendido puntualmente sus indicaciones y haber realizado los siguientes cambios en los diálogos:

"Tú, que te acostabas con él todos los días..."
por: "Tú, que lo rondabas día y noche..."

"Pero , ¿cómo se acuesta con un viejo?"
por: "Pero , ¿cómo se puede estar con un viejo? "

"¡Hijos de puta!"
por: "¡Hijos de p...!"

"¡Gilipollas!"
por: "¡Mameluco!"

"Lo sacaron a patadas en el culo."
por: "Lo sacaron a patadas en el trasero."

"¿Habéis tenido algo que ver con los marroquíes?"
por: "¿Habéis tenido algo que ver con quellos africanos?

domingo, 13 de septiembre de 2015

reseña en cinearchivo

Se nos había escapado esta amable reseña en Cinearchivo: http://www.cinearchivo.com/site/fichaLibro.asp?IdRubText=8037

La firma Christian Aguilera y apunta alguno de los rasgos distintivos de esta monografía con respecto a la colección "Signo e imagen / Cineastas" en la que se ha publicado. De paso, reivindica la figura de Vittorio De Sica como polifacético creador en la Europa del convulso siglo XX.

pd.- También aparece este mes la reseña de Ramón Freixas en Dirigido, núm 458, septiembre de 2015.

el guionista georgiano de i girasoli

Para redactar los diálogos en ruso de I girasoli y dar verosimilitud a las escenas que allí tienen lugar Carlo Ponti acuerda con el Mosfilm soviético la contratación del guionista georgiano Giorgi Mdivani. Cuando De Sica llega a Moscú en mayo de 1970 el escritor se presenta al maestro y declara, expansivo, que los georgianos son los napolitanos de la Unión Soviética. No deja de tener razón: la escena en la que Antonio se muda con su nueva familia a los pisos de un suburbio de Moscú tienen un fuerte gusto partenopeo.

A De Sica no le convence la escena que ha escrito –probablemente aquélla en la que Antonio le comunica a Mascia su intención de volver a Italia– por encontrarla empalagosa: “toda dulzura, espíritu de sacrificio, generosidad, devoción... el cine ruso está hecho con estos mimbres”. Opta por reducirla a una sola frase y le dice al georgiano que ha sido al leer esta única línea de dialogo cuando ha comprendido el sentido de la escena, de modo que ha decidido quitar todo lo demás para realzarla.

Su capacidad de manipulación no es una habilidad que reserve exclusivamente para la dirección de actores. Pero es que a estas alturas De Sica es un todoterreno que, para colmo, se siente traicionado por Zavattini y Tonino Guerra, que se han doblegado a todos los caprichos de Ponti.